I' m Monster

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#Cerrado

||I'm Monster

||2020

||Marie

                       Cuando no tenía nada que hacer, ni una sesión de fotos o algo parecido, había decidido en lugar de ir a su casa ir a alguna otra parte del mundo donde podía hacer lo que más le gustaba: castigar humanos; cuando llegó a las calles de Seul le gustaba caminar y que le vieran, en aquella ciudad daba gracias a qué no existia un grupo musical como en la Tierra de dónde provenía sino estarían mirándola todos. 

                       Mientras deambulaba se topo con un par de hombres que querían algo de ella, se les notaba en la mirada y podía sentirlo que sus almas ya estaban marchitas, ya que la iban guiando hasta que quedaron en un callejón, oscuro.

—¡Por favor, no me hagan nada!—hablo Marie con un tono de voz temeroso lleno de miedo—H-hare lo que digan.

—Por supuesto que sí, hoy serás nuestra putita—Decia uno que saco una navaja para amenazarla.

                            Aquello le hizo temblar de miedo y comenzó a sollozar, esto aprovecho a qué uno de los hombres se acercara y queriendo comenzar con un beso en su cuello cosa que hizo estremecer pero de forma negativa, el otro tipo pasaba el filo de la navaja por la ropa incluso rompiendo un poco este. Pero mientras más sollozaba se fue haciendo aquellos sollozos en una risa, que fue creciendo hasta que su risa sonó macabra.

—¿Qué? ¿Se creyeron mi actuación?—Sarahi sonaba tan distinta, sería y hasta con un tono lascivo—he de decir que hasta yo me lo creí.

Antes de que hiciera algo más, dos apuñaladas recibió lo que hizo toser y casi derrumbarse, pero solo estaba jugando con ellos porque les escupió su sangre en la cara—Hacen cosquillas.

—¿Quién eres?—Dijo el hombre con la navaja.

Ambos hombres ser apartaron y Sarahi sonrió, sus heridas fueron cerrando y ella lo que hizo fue que aparecieran sus alas, las alas de Demonio, negras y muy similar a las alas de un murciélago, sus facciones cambiaron y ya no era esa imagen de adolescente la que veían y ambos hombres gritaron.

—¡Su peor pesadilla!—la voz sonaba más grave de lo normal, denotaba que ya no era ella.

                          Los dos hombres trataron de escapar lejos pero Sarahi los atrapó, primero al hombre que había osado por tocarle, está vez a este al atraparlo lo eleva y lo deja en el techo, al segundo con el quiso divertirse más y básicamente lo lleno de agujeros con las garras en su estómago, los primeros gritos fueron de desesperación, seguidos por aquellos sollozos de dolor que se callaron cuando Sarahi le arrancó el corazón. El cuerpo del hombre que asesino los despedazó con sus propias manos solo por el placer de sentir sus dedos embarrarse de sangre; el otro hombre se hallaba tirado en el techo donde Sarahi lo encontró, la vio llena de sangre.

—¿Que le hiciste a mi amigo?—se notaba el miedo en el, más que cualquier otra cosa—E-eres un monstruo.

—Gracias, lo soy—hizo una reverencia galante.

Dicho esto, le mato arrancandole la garganta con sus dientes.

                         Ambos hombres pagaron el alto precio, y en el infierno seguirían pagando más que cualquier alma al tratarce de humanos asesinos, estos serían castigados por varios pecados no solo por las muertes que cargaban en su memoria; el cuerpo de este fue incinerado hasta no quedar más que cenizas de el, no hacía ese tipo de cosas solo por gusto, solo que no le gustaba los seres humanos corruptos los cuales mataba cuando tenía la oportunidad para hacerlo. 

Se sabía que era un monstruo por cosas así que hacía, pero sabía que había peores que aquel par de humano que se habían convertido en los nuevos juguetes de tortura para los demonios en el infierno.