Besos Sabor a Miel

 #Karla

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||Besos

||Pasado

||Karla - Sandy - Liliana

               Estaba por salir y su hermana parecía bastante entretenida viéndola como corría de un lado a otro para cambiarse, claro hasta se tropezaba porque caminaba muy rápido entre las cosas de aquella habitación, había un tiradero de ropa, porque Karla había sacado toda su ropa y la de Sandy, sin saber realmente cuál debería llevar, pero fue su hermana quien le pasó un conjunto que se le hizo muy lindo para que llevara, un vestido ajustado a la cintura de color azul marino, una chaqueta de un color negro, y le pasó unas botas. 

—Ya deja de saltar por todos lados, usa esto—Le pasa el conjunto y Karla mira a su hermana.

—¿De verdad?—Claro estaba sorprendida, pues sabía que su hermana no estaba muy segura de esa mujer.

—Ya, me rindo, ella te hace feliz o sino, no habrías desordenado tu pulcro armario—le dice señalando todo lo que habia en el piso.

Karla rió ante su comentario y le mando en ese momento un mensaje a Liliana un mensaje de que en media hora podía pasar por ella. Ya que duchada ya estaba en aquellos momentos, era más la indecisa con la ropa, pero no le importo nada cuando su hermana le ayudo con esto, al final solo tuvo que vestirse y arreglarse.

Justo a la media hora Liliana paso por ella, Sandy le recibió. 

—Y está noche ¿Donde irán?—pregunto Sandy con interes.

—Oh, está noche la llevaré a un lugar especial—Le dice con una sonrisa y en sus labios—Quizas lleguemos un poco tarde.

—Tranquila, son adultas no tengo nada que decir, además soy su hermana menor—le responde Sandy a Liliana—aqui la anciana es otra. 

—¿A quien le dices anciana?—Bajo completamente arreglada y dejando sorprendida a Liliana.

—A ti tonta—le dice riendo—Y ya váyanse o tendré que traerle un balde a Liliana para la baba.

Aquello avergonzó a Liliana y puso a Karla roja, prácticamente las empujó fuera de la casa, al estar fuera le llevo al auto, un Mercedez Benz Blanco, elegante y que Karla ya conocía. Liliana la llevaría a una cita especial, a un lugar que ella misma le preparo, Liliana solía vestir con un pantalón ajustado y una chamarra de cuero, con una blusa debajo, que siempre la cambiaba, en aquella ocasión llevaba una blusa color morado oscuro, además de unos stilettos color rojo, lo que hacía que se le vieran una piernas estilizadas. 

Cuando bajaron del auto, fue en un parque, Liliana llevaba una mochila y le guío por el parque. 

—¿Tendremos un día de campo?—pregunto con emoción.

—Claro.

Le llevo a una parte del parque que tenía como vista el lago artificial, saco de la mochila una manta y una botella de sidra, ya que tenía un grado de alcohol bastante bajo, le ayudo a Karla a tomar asiento en la manta. Mientras comían, ambas se miraban con nerviosismo y además aunque Liliana había tenido novias antes, con Karla se tomaba su tiempo, mientras que Karla estaba anciosa por besarla.

Fue entonces que Liliana le beso, fue algo que ambas querían pero que al menos una de ellas quería fuera especial y así lo era, por el sitio, cuando la llevo ahí era con una intención.

El beso tuvo sus matices, colores, sabores, la intensidad del beso fue conforme a las cosas que ambas sentían por la otra, Karla estaba enamorada de Liliana y está última sentía una fuerte atracción. El beso podría haber durado la eternidad misma, sino fuera porque necesitaron tomar aire, cuando terminaron de besarse, se vieron a los ojos, con una sonrisa evidente en los labios de ambas.

Todo fue mágico para ambas, Karla había quedado más que enamorada ahora después del beso, porque a pesar de cuántos labios había probado antes, para ella no habría otros labios que no fueran los de Liliana, era como si hubiese encontrado a la persona correcta. Para Liliana todo fue una revolución en su vientre que le trajo recuerdos lindos aunque otros no tanto.

Cuando iba a hablar, un muchacho se acercó con una flor a Karla.

—No pude evitar no verte y regalarte una flor—dijo el muchacho, sin malas intenciones—Aunque la flor empalidece ante tu belleza.

Nerviosa le sonrió apenas—G-gracias—le responde y mira al muchacho irse. 

En eso Liliana quería fulminar con la mirada al muchacho pero se puso de pie, dejándola sola, Karla se dio cuenta y dejo la flor y fue por ella.

—¿a dónde vas?—le detiene y Liliana le mira con evidente enojo—¿Qué sucede? 

—Oh, nada solo te dejaba sola para que le coquetearas a gusto—Lo dijo con total ironía rodando los ojos—Anda ve y quizás consigas su número... No mejor aún quizás consigas que se revuelquen.

—¿Qué? Yo no... ¿Por qué dices eso?—Karla no sabía a qué se refería. 

—¡Ay! No te hagas, tienes una fama de puta, creí que eras diferente—pareciendo decepcionada, en su hablar y la forma que le veía. 

Aquellas palabras penetraron en su mente, sintiéndose inferior, agachó la mirada, fue la primera señal de alarma pero... Karla la ignoró.

—Si, salí con varias chicas antes que tú y yo... yo—estaba nerviosa. 

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         Continuará...