Cena Familiar

 


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||Cena Familiar

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||Isabella - Sofía



                  Para Isabella Navidad no significa nada, más que una fiesta más, claro una fiesta de reunión familiar, sin embargo este año haría algo diferente y sería Sofía participe en esta nueva aventura, claro que Sofía lo hacía por venganza, ella lo hace porque le parece divertido, aunque tuvo que ser soporte de Sofía después que está matara a su propio hermano, era lo mejor pero sabía que aquella princesa no era una desalmada como si lo ella, por lo que Isabella trato de no hablar de lo que pasaría y lo que tenía que hacer con el tío de la princesa. 


Cuando la joven estaba lista porque decidió ir bien arreglada, Isabella sonrió porque lucía exquisita. 


—Sino fuera porque vamos a una fiesta, te cogería ahora—Isabella se lamió los labios y sonrojo a Sofía. 


—Y-yo pensé que t-tu no eras lesbiana—Comento nerviosa, apenas antes de verla tomar su cosas.


—Soy más bien heteroflexible—comenta sin apice de culpa—pero me gustan más las tetas, digo los pechos—se rió de si misma suspirando—mi madre le daría un infarto si me escucha hablar así.


¿Madre? Nunca se imagino que Isabella tuviera una madre o que fuera alguien con un apego, siempre se la imagino mala o quizás siendo abusada por un padre o la propia madre, Sofía sin duda se había llevado una sorpresa. 


Por otro lado la familia del Duque, tío de Sofía, ya estaba cenando, habían partido el pavo, habían acostado al niño en el pecebre, comían, bebían y hasta reían, aunque el Duque dedico unas palabras por la muerte de la princesa Sofía y por el príncipe Antonio, ambos sus sobrinos.


Pero fueron interrumpidos cuando el timbre sonó y aunque la servidumbre fue quien abrió la puerta, un golpe sordo se escucha y el tío es quien va a ver y una mujer estaba sobre el cuerpo innerte de la muchacha de servicio sacándole un hacha de la cabeza. 


—Feliz navidad familia—hablo Isabella con esa sororidad y descaro cuando se puso de pie—Disculpen que llegáramos tarde... Cariño ven. 


El hombre estaba en shock, y en eso entro Sofía dejandolo más sorprendida.


—S-sofia c-crei que estabas...—no pudo terminar la frase por ser interrumpido, por Sofía.


—¿Muerta? En realidad fui salvada—fue sincera ante sus palabras.


A pesar de que ella era torturada muchas veces, de que lo fue antes de aceptar ser una clase de esclava, se da cuenta que en realidad todo lo que hizo fue salvarla de su destino, haciéndole ver qué ella fue abusada muchas veces por su tío y su hermano lo había dejado incluso le llevaba aveces con el.


—Vamos con el resto de la familia—Cuando ya iban para el comedor, salió la mujer, tía de Sofía.


—¿Qué pasó cielo?—Pero no alcanzo a decir más porque pegó un grito de miedo cuando vio a la muchacha en el piso en un charco de sangre.


Esto le causó una conmoción y se desmayo, el hombre iba a atenderla pero Isabella le detuvo, lo llevo a empujones al comedor, sentandolo en su sitio y vio a dos niños sentados y asustados.


—¿Qué hacemos con ellos?—Pregunta Isabella mirando a la princesa.


—No puede haber testigos—fue su respuesta fría de la princesa.


Claro la misma princesa sabía que si los había podrían saber que vive y que además tuvo relación con la muerte de su hermano y su tío, y la idea fue tan atrayente que Isabella jadeo. 


—Joder podría follarte después de esto—Confeso mientras estaba amarrando al tipo y Sofía estaba trayendo a la tía sentandola en su sitio, los chiquillos se iban a ir pero Isabella los amenazo—Se mueven y mato a sus padres ahora.


Cuando despertó a la mujer ya habían pasado varios minutos, Isabella estaba comiendo un poco de todo y Sofía hacía lo mismo pero expectante, no sabía los planes de la rubia quien ahora Lucia un cabello negro y aún así se veía hermosa. Tuvo que morderse el labio inferior para dejar de pensar en aquellas cosas, pero al ver a su tía despierta, está comenzó a moverse. 


—Sofia—estaba sorprendida.


—Si...


La interrumpe antes de que siga hablando—Ya despertó la bella durmiente, creo que ya podemos comenzar a jugar—comento Isabella con soberbia y una sonrisa retorcida—¿A qué vinimos Sofi?


—Ah... Yo—se quedó helada, verla de ser una dulzura con ella a ser así, era shockeante—vine para...


—Vinimos para matar a este desgraciado hijo de puta—señalo al señor con el cuchillo de cubierto, como tenía curva no le hizo daño—Porque como tiene esa cara de imbécil, era un abusador de menores, un violador y además le gusta mucho fornicar con prostitutas.


—Eso es una mentira, yo jamás he hecho todo eso—contradijo.


—¡Eres un cerdo! Tu me violaste y abusaste desde los ocho años, tantas veces que había olvidado todo eso—le grita a su tío—Eres un desgraciado que hizo mi infancia un infierno y mi adolescencia una tortura.


Isabella habría sido bastante sarcástica con aquellas palabras, pero la dejo callada porque no espero aquello y cuando Sofía se dió cuenta que se le quedó viendo, le causó qje se callara.


—No, continua, verte así es tan ardiente—Confeso Isabella y la princesa se sonrojo—Pero como se que no me creera su esposa. 


De su habitual bolso saco un sobre con fotos y un vídeo—Y también tengo el testimonio de varias chicas—Le paso una tablet—igual no importa si nos creen este hijo de puta morirá y usted junto a sus hijos también. 


—¡No! Con mis hijos no te metas—Grito el hombre, mientras Isabella le golpeó—Hija de puta.


—¡Oh! Me siento tan ofendida—comento ahora sí sarcásticamente—Igual van a morir.


Queria safarce, pero estaba bien amarrado, con la pistola que Sofía tenía recibió un cachazo, hiriendolo en la frente y fue cuando la mujer grito.


—¡Déjenlo!—dice la mujer y es Isabella quien le abofetea.


—Nadie le pidió que ladrara. 


Los niños de diez y doce años gritaron por la escena y se sentía Sofia en parte arrepentida pero ya no soportaba ver al hombre culpable de su violación y abuso vivo.


Así que ella tomo un cuchillo de la cocina, había dejado sola a Isabella dándole a esta tiempo para torturar psicológicamente a la tía de la princesa.


—Sepan mocosos que se salvaron de que su padre no abusara de ustedes—habla Isabella a estos pasándoles por el rostro el cuchillo ignorando a los padres quienes le gritaban toda clase de improperios—Si saben que llamarme monstruo, puta, desgraciada y otras palabras que no entendí, no hará que no mate a sus retoños—En eso ve a Sofía y se acerca para tomarla del brazo—¿Qué haces?


—A esto vinimos, a matar a este desgraciado—Lo dice con tanto odio que la pelinegra parece extasiada por solo escucharla—dejame hacerlo.


—Si a eso vinimos cariño, pero aún no, además debes aprender a jugar con tu comida, antes de degustarla—le dice esto de forma delicada, acariciandole la mejilla suavemente—Por lo que aún no puede morir, así que tranquila.


Sofía se calmo ante sus palabras, la pelinegra estaba siendo condescendiente con ella y eso le estaba asustando y mucho.


Isabella le había quitado el cuchillo y volvió a jugar con la mente de los padres, el más pequeño era el que con el simple roce de su cuchillo contra su piel no paraba de gritar, afortunadamente vivían tan remotamente que nadie escucharía los gritos del niño.


El primer corte lo recibe el mayor, el segundo el menor, el tercer corte nuevamente el menor de los hijos del duque y el cuarto y quinto corte fueron hechos en el mayor, para ese punto el padre de los niños estaba desesperado.


—¡Está bien! Si yo hice todo eso, yo viole y abuse Sofía y de muchas mujeres incluyendo a la muchacha que mataste—Confeso el hombre e Isabella ni siquiera se inmutó, ella lo sabía pero tenía que hacer algo al respecto pues está tenía una lealtad hacia el duque que aún con todo lo que le hacía, era incondicional a él—Estoy enfermo, lo sé, siempre lo supe y creí que casandome podría haberme curado pero no funcionó.


—¿Y crees que eso a mí me importa?—responde Isabella haciendole un corte más al mayor, la madre estaba hecha un mar de lágrimas—Aunque debo reconocer que es muy valiente que lo digas así, pero demasiado tarde, pero sabes algo, debiste haberte callado, al menos así tus hijos se habrían muerto sin saber la clase de basura que eres.


Acto seguido les cortó la garganta a ambos niños sin ningún miramiento ni contemplación, se salpicó de sangre y también a los padres que horrorizados gritaron de impotencia, el hombre quizo ponerse de pie y hacer algo, pero fue golpeado por la cacha de la pistola, estaba sin balas, Isabella así quedó con la princesa, pues no quería que pasara lo que pasó con el hermano. Sin embargo resultaba útil.


—¡Perra!—le grito entre lágrimas a Isabella.


—Y de las que muerde, así que no se preocupe pronto se reunirán—Paso con la mujer quien seguía viendo los cuerpos innertes de sus hijos—Pienselo de está forma, son pequeños monstruos igual que el padre y debían ser exterminados como el lo será. 


La mujer le escupió—bruja—le responde acidamente.


—Vaya... Es el insulto más inteligente que al menos me han dicho—Dice la pelinegra—gracias, ¿En qué estábamos? ¡Cierto!


Y la tortura con la mujer fue más larga y entretenida para ella y mientras que Sofía estaba incómoda, al menos al principio y poco a poco comenzó a sentir que no le importaba lo que le pasará, pero se sentía rara. 


Eran casi las once de la noche cuando la duquesa dió la última exhalación.


—Y como postre la muerte de un degenerado—lo dice con alegría. 


—¿Qué te hice? ¿Qué te hicieron mis hijos y mi esposa?ellos no tenían nada que ver en mis cosas—Responde a Isabella.


—Nada, igual los hubiera matado después, pero me encanta cerrar círculos—confeso ahora estaba pasando su cuchillo por los antebrazos, rompiendo primero la ropa y seguido de ropa interior y al final sobre su piel—ademas no quise decirlo con su esposa viva, pero usted bien que manoseaba a su hijo mayor. 


El hombre le miro sorprendido, no creyó fuera tan evidente, la pelinegra sonrió de satisfacción, lo había notado cuando torturaba a los pequeños. 


Pero la hora se acercaba, con el cuchillo que Sofía había elegido, lo tomo y se lo dió a esta misma.


—Haz los honores—le dice esto en primera instancia y entregándole el cuchillo.


Sofía tardó en reaccionar, pero lo primero que hizo fue ir directo a su tío, quizo decirle cuánto lo odiaba y la razón por la que le odiaba, que por el desconfiaba de las buenas intenciones de las personas, que por el tenía miedo a la oscuridad y a cualquier ruido que le sobresaltara. Cuando la escucho en aquellos momentos miro como le comenzó a apuñalarlo con fuerza, estocada tras estocada fue enterrando el cuchillo, descargando su odio contra el, hasta que terminó por verlo morir, pero mientras lo apuñalaba, el reloj comenzo a repicar dando las doce de la noche. 


Al morir Isabella se acercó a Sofía, acariciandole su cabello rubio y sonriendole.


—Feliz Navidad pequeña Sofía—Dandole un beso en los labios, llenos de sangre salpicada del tío de la princesa. 


No sabía que era ya muy tarde, pero el beso que ella le dio le distrajo.


—Vamos a cenar, que está comida está deliciosa—Señalo los platos y es Isabella quien le sirve—Anda princesa Sofía, cenemos ya que de ahora en adelante tu eres mi familia y yo soy la tuya. 


Por primera vez se sentía mejor de lo que ella creyó y comió, a pesar de los cuerpos innertes a su alrededor.


—Como te decia, mi madre le gustaba mucho está celebración...

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