Amour maudit

 

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||Isabella - Serena



                   Había llegado de una cacería cuando supo que a unas calles vivía su ex novia Mariela a quien conoció en la Universidad, con quién tuvo planes de casarse, solo que lo le gustaban los arranques de celos, además de la sospecha de que ella había asesinado a dos de los chicos que le coquetearon aunque la verdad nunca encontraron pruebas y todo apuntaba a que había sido suicidio, aunque de formas diferentes. Ahora con la información que le dio Serena, juntas comenzaron a buscar a su ex novia, la chica que no tardaron en encontrar porque vivía cerca de la casa de Lexi, no fue fácil seguirla, tardaron en conseguir una rutina en la que pudieran conseguir secuestrada... Sin embargo Serena se ofreció para ser la carnada y con ello conseguir que la llevara hasta ella. 


¿Por qué la secuestraría? Por gusto, pero sobretodo porque no se sintió bien por varios meses, pensó en algún momento que estuvo enamorada, pero luego por si misma se dio cuenta que ella no estaba enamorada, simplemente no permitiría que una mujer jugará asi con ella, era suya y eso nada ni nadie iba a cambiarlo en lo absoluto, además necesitaba deshacerse de esa debilidad, así tuviera que tomarla para si o simplemente hacerla desaparecer del mundo. Le tomo al rededor de dos años entre encontrarla y planear todo su secuestro y todo lo que tenía planeado para ella.


El día que se la llevaría, sería un par de días antes de San Valentín, solo para que la novia de su Ex no estuviera feliz y por supuesto Mariela tampoco; Serena se encargo de llevarla a un punto lejos de la ciudad, a una cabaña que Isabella había encontrado y estaba abandonada. Solo tuvo que llevar comida y ropa para algunos días.


Cuando Llegó Serena con Mariela, la llevo hasta el interior de la cabaña y la amarró en una silla, Serena regreso a la ciudad a orden de Isabella.


—Estate al pendiente del teléfono, por si no duro aquí más de cinco días—Le ordenó con seriedad y sin dejar de mirarle.


—Esta bien, Ama—La chica asintió y fue al auto.


Ante esto subió al auto, siendo Isabella quien miro hacía la cabaña volviendo hasta el interior, le quitó la ropa que traía dejándola en ropa interior, seguía inconciente por lo que podía admirar su belleza, debía reconocer que no había mujer más hermosa que Mariela, la mayoría eran un verdadero asco porque eran en su mayoría mujeres infieles si estaban casadas o promiscuas si estaban solteras o en una relación, mientras Mariela era chica que le fue fiel en todo momento y sabía que su actual pareja llevaba año y medio con ella.


—Pobrecita, si supieses lo que te espera—Una sonrisa maliciosa se formó antes de poder hacerle algo.

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