Soy una mujer.

 

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||Soy una mujer.

||Presente

||Sari - Duane 

                   Habían logrado salvar al cachorro humano, ella casi mata a uno de ellos, cuando apunto hacía la humana que le ayudo a salvarlo, aúnque en principio Sari solo iba de apoyó, termino siendo importante su intromisión, cuando llegaron los otros humanos, Sari decidió esconderse, no solo por los nuevos humanos, sino porque no confiaba en ellos, aunque fueran autoridad.

"Cuando se vayan, búscame en el mismo lugar donde me encontraste" le dice telepaticamente a la muchacha, mientras se aleja hasta el páramo donde ella se encontro con la dama. 

Estaba pensando en si lo que tenía pensado era muy osado en ello, pero a su vez sentía algo, una conexión que no sabía explicar, empezando con la facilidad que era poder comunicarse con ella. Sinceramente quería conocerla mejor, no podía creer que ella sintiera algo así de atracción en más de catorce milenios. Cuando escucho los pasos de la mujer acercarse y sentir su aroma más cerca se alistó.

"Probablemente antes de decirte que o quién soy, me gustaría contarte una historia" le expresa mientras pasea frente a ella casi sin mirarla.

Comenzó a contarle su historia, aún sin siquiera decir que era su historia, estaba preparada para que la mujer pensara que era un lindo cuento de hadas. Hasta que culminó con su historia cuando se transformó en un animal.

"Desde entonces aquella princesa, tuvo que andar en cuatro patas" explica finalmente, mientras se esconde en arbusto, cuando lo hace comenzó a cambiar su cuerpo, el dolor era igual de insoportable al cambiar de humana a lobo y viceversa, por lo que fueron gruñidos para transformarse en quejidos los que probablemente alertaron a la mujer.

—Aveces la mujer puede volver a su forma humana, pero no dura mucho tiempo—Reconoce, saliendo de su escondrijo, completamente desnuda solo cubriéndose sus pechos con su propio cabello, llevaba años sin hacerse un corte, más bien nunca se lo hizo, pero como casi nunca lo hizo más bien, sino que su pelaje lobuno tenía una ventaja, no crecía demasiado y es se reflejaba en su cabellera humana—Mi nombre es Sari y yo soy esa princesa... también el lobo que ayudaste. 

Le señalo el tobillo donde estaba el pañuelo y miro a la mujer con una sonrisa amable, sus ojos tenían cierto parecido al de su forma lobuna, pero no demasiado, no le era incómodo mostrar su cuerpo desnudo, si bien cuando eso paso usaba pieles, tampoco se le enseño que era malo el mostrar su cuerpo a otros. Además estaba esperando que la mujer dijera algo, algún comentario, algo, lo que fuese.