Manual (Ingredientes)
#Queenkiller
#RManual1
#Cerrado
||Buscando la perfección
||Presente
||Isabella - Serena
Habia tenido buenos entrenamientos cuando mato a esas dos parejas de homosexuales, una por contrato y la otra solo porque se dió la oportunidad un día antes de la marcha del orgullo, pero siempre pensaba en sus próximos movimientos, tenía planeados dos homicidios más, y uno de ellos se le antojo más porque era la mujer era un encanto, pero tenía que viajar de Alemania a París, era hermosa pero tenia algo que despertaba algo en ella.
—¿Dónde iremos?—pregunto Serena, bastante confundida porque la vio empacando sin decirle nada.
—¿Yo a París? Tu te quedas debes seguir al Ministro—Le pasa la foto y Serena lo recuerda—ahi tienes documentos, y la ropa.
Revisa todo y se sorprende que tenga todo listo—¿Por qué debo seguirlo? Y usar esto—Le dice al ver el uniforme de colegiala que estaba también cerca.
—Oh, porque vamos a chantajearlo, al menos hasta que deje de ser util—estaba terminando de empacar—el ministro de las da de santo, pero es más corrupto y además un maldito abusador de menores.
—Pero...
—Si, si lo se, perfectamente podría matar a un niño de diez años sin duda alguna—Le dice Isabella conciente de lo que estaría por decir Serena en ese momento—Pero a un niño le hago un favor al matarlo, pues lo saco rápidamente del infierno de mundo en el que estamos, pero gente como el ministro lo que hace es hacerlos vivir un infierno en vida y merecen la peor de las muertes y claro, que se la daré, pero todo a su tiempo.
Serena siempre terminaba sorprendida, cuando pensaba que la conocía, hacía o decía cosas que sinceramente la dejaban sin palabras.
Isabella viajo a París y se hospedó en un hotel de lujo, casualmente al mismo dónde su víctima se encontraba hospedada, era una mujer famosa, lo cual era interesante para ella. El factor riesgo y que no pudiera hacerlo era alto, que su víctima se fuera antes de siquiera empezar; para ese momento Isabella se encontraba húmeda, verla pasar y contonearse de esa forma solo le hacía más facil odiarla.
El nombre de la mujer era Mía y con eso bastaba, era actriz porno y ya no podía controlar sus ganas de ver algún vídeo suyo, tenía que o tenerla en la cama o eliminarla y sinceramente no volvería a estar con otra mujer, menos si la ponía tan mojada aún si que está la tocará, eso era lo que odiaba, le recordaba tanto a Lilith que era otra razon más para odiarle.
°°°
Con el pasar de los días le seguia a todos lados, sabía sus horarios, cuando iba al gimnasio del hotel o cuando salía de este, la seguía cuando visitaba algún museo o simplemente en sus caminatas, le siguió por varios días y tenía el día elegido, solo le faltaba dos detalles el lugar y la forma de acercarse.
Pero sinceramente sería ella parte de su juego y eso le ponía bastante feliz.
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