Cacería

 

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||Isabella - Serena


                    Luego del espectáculo en el Pride Parede dónde varias partes de dos chicos homosexuales junto a pintura y sangre cayeron encima de la gente que iba en el carro alegórico, Serena se encontraba nerviosa e Isabella de lo más tranquila, como siempre, cuando su teléfono celular sonó era una petición especial, una venganza al parecer y le mandaron la foto de su víctima, ella sin duda alguna acepto mandando un Si, y le enviaron una notificación más, podía matar a la persona que le acompañe. 


Claro a ella no le iba importar menos matar a uno o más personas. 


Isabella se puso en marcha y se llevó consigo Serena que no entendía porque lo hacía. 


—¿Qué sucede? ¿Por qué esa cara?—le cuestiona mientras conduce en un Audi A5 con asientos de piel.


—¿Por qué?—solo dijo eso y la morena rió a carcajadas. 


—Vaya, aún preguntas cosas tontas—le dice mientras conduce—Pero te diré que lo hago porque quiero y además si aún así pagan, aún mejor, yo haré mi trabajo que es matar y además obtendremos ganancias extra, llama a los hombres que buscan órganos, diles que les conseguiré dos nuevos pares de pulmones y riñones, además de dos corazones e hígados


La forma de hablar de Isabella siempre le sorprendia pero eso no evito que le obedeciera. Cuando Lilith le dejo, no tuvo de otra que volver con Isabella ¿Por qué? Porque una le debía cierta lealtad y además era mejor eso que ser objeto de su venganza aunque en teoría Isabella se venga cada que puede, sin necesidad de matarla. 


Además ¿Que mejor peón para Isabella que Serena? 


Cuando comenzaron a seguir al tipo se dan cuenta que iba con un muchacho un poco más joven y al observarlos de cerca se dan cuenta que son pareja y a Isabella eso le pareció divertido, porque hasta una idea se le ocurrió. 


—Tiene que ser una broma—Dijo Serena, no estaba de acuerdo, verla así le molestó a esta misma. 


—¿Qué te pasa? ¿Te molesta que sean homsexuales? Igual que tú—Le dice con cierto grado de molestia en su voz. 


—Es lo que somos nosotras, tu y yo—Le dice Serena—y matar a quienes son como nosotras, se hace muy vil.


—Mira Serena—le toma del menton, apretandole este y que le viera a los ojos—Yo no me fijo en esas cosas, por mi pueden ser travestis, transexuales o transespecie e igual lo haría, he matado a lesbianas o se te olvida mi ex y su novia. 


Le recuerda aquello por lo que fue a dar a la cárcel unos meses, pero en la cárcel incluso hizo de las suyas. Una vez ubicados los siguen a un bar y como era de ambiente, ellas entraron como pareja, la táctica de parque de diversiones, la podían emplear en ellos, pero debían ser más astutas. 


Al menos Isabella lo fue al ponerle en su bebida una sustancia para hacerlo más desinhibido, tanto así que coqueto hasta con Serena, quien estaba en la barra pidiendo un par de bebidas para ellas. Lo que hizo que se molestara su novio, incluso el chico se fue enojado porque no podía creer que el hombre que el ama, estuviera incluso tras una mujer. 


—Oh vamos ¿Qué pasa?—le dice Isabella, llegando con una copa, que el sin desconfiar le acepta. 


—El idiota de mi novio anda coqueteando con todos—Dice esto bastante sentido—Incluso con esa chica que llegó a la barra—Le dice al punto de las lágrimas. 


—Pues tomemos, pues la chica que le coquetea es mi novia—Le dice Isabella, con pesar, dándole un trago a su copa.


El chico al tomarse su copa comenzó a sentirse mareado, y fue que aprovecho para besarlo, este ni siquiera se opuso, le correspondió. 


Ambos chicos cayeron en la trampa y fueron llevados hasta la bodega, como estaban muy dóciles ni siquiera se percataron que fueron amarrados a una cama metálica, y que les quitaron la ropa, a los pocos minutos ambos recibieron suero y los efectos de la Ketamina, se les pasaron, cada uno alumbrado con una lámpara, gritaron.


—¿Armand?—le llamo al escucharlo. 


—Si, soy yo, Luis—le dice mientras se queda más tranquilo—¿Estas bien? ¿Puedes moverte?


—No, estoy amarrado y cuando trate de forsejear, una cuerda en el cuello se ajustaba más—le dice Luis a su novio. 


—Quedate quieto y no te muevas—le dice Armand—Todo estará bien. 


Unos aplausos los desconcentran y voltean pero no ven nada, la luz los deslumbra. 


—¿Quien eres? ¿Qué quieres?—Hablo el hombre que sabía era el alpha en la relación, por decirlo de algún modo.


—Nada, solo sus corazones, sus pulmones, sus hígados—Les fue diciendo, mientras pasaba el filo de su cuchillo por la pierna desnuda del hombre—Y creo que un par de córneas—Al voltear a ver a Serena afirmo esto—si, un par de córneas, las de Luis son más bonitas. 


—Espera podemos darte dinero, mucho dinero—Le dice cuando siente que le quiere perforar con el cuchillo, llamando la atención de Isabella, creyendo que había dado en el blanco—yo tengo mucho dinero en efectivo pero también tengo diamantes en mi caja fuerte.


—Muy interesante, pero—le hace un corte en su pierna bastante superficial "Hija de puta" le grito—Cuidadito con lo que dices, porque quien lo pagará es tu noviecito... O cierto el mensaje—saca de un bolso a un lado de ellos, era el suyo y de este saco su celular.—"Para Armand, las abominaciones como tú, merecen morir, tu y tu novio no merecen respirar nuestro mismo aire" Listo, ahora sabes que te querían muerto a ti y tu novio—asi que siguió con su labor, causando el grito de dolor y los alaridos de su pareja a un lado, por escuchar a su novio gritar. 


—Espera, ¡Espera! ¿No quieres el dinero?—le dice Armand.


—Si lo quisiera te habría prestado atención y no—asegura, apuñalando su pierna, con fuerza, haciéndole gritar, de profundo dolor—El dinero no me interesa, pero si quieres vivir debes tener algo que odies, a alguien que darías todo por verlo morir.


Aunque tenía enemigos, no podía entregarlos a ser asesinados por aquella mujer, que parecía el mismísimo demonio, su mirada fría y su voz simplemente le sacaron de balance. Así que no pudo decirle el nombre de nadie. 


—Bien, entonces ambos morirán.


Dicho esto y aún con las súplicas del Luis, Isabella se divirtió haciendo cortes en su piel, pero debía apurarse, ya que no tardarían en venir por los órganos, por esa razón le abrió el vientre y así vivo le extrajo el hígado, los gritos y alaridos cesaron cuando Isabella le cortó la garganta, no iba a estar escuchando sus gritos más, además los de Luis no ayudaban nada. Después con una sierra hizo los cortes en los huesos para poder quitarle el corazón y los pulmones, al final de cuentas termino también extrayendo las córneas del muchacho, afortunadamente cuando lo hizo, ahora sí presto atención y no presentaba rastros de estrés, esto en el caso del corazón de Armand. Cada órgano fue puesto en una hielera.


Con Luis ni siquiera se entretuvo, solo le saco los intestinos, el hígado, los pulmones y el corazón, pero el bazo y los intestinos le hicieron ojitos a Isabella que no se resistió a quedarselos. Los guardo y después comenzó a desmembrarlos, le gustaba el ruido de la cierra cortando cada parte de los cuerpos, en esta ocasión Isabella no envío a Serena a casa, aunque era de madrugada. Una vez llegaron dos tipos por las hieleras con los órganos, uno de ellos miro con deseo a Serena que llevaba una falda corta, esto hizo enfadar a Isabella y le tomo solo unos segundos, tomarlo y amenazo al otro, con el arma de este.


—¡Suéltalo perra!—le decía este parecía ansioso, parecía temblar—Te dicho ¡Que lo sueltes!


Pero Isabella estaba susurrándole al oído.


—La próxima vez que veas las nalgas de otra mujer que no sea tuya—le dice mientras le presiona la navaja de su cuchillo—Acuerdate que estuviste a punto de ser abierto como lechón. 


Le hizo un pequeño corte en su cuello sin ser muy profundo y lo lanzo contra su compañero, se quedó con el arma, la cual desarmo, hasta que solo eran piezas, las cuales las puso sobre una de las hieleras. 


Cuando se largaron tomo fotos de los dos cuerpos desmembrados y les envío las pruebas a quienes la contrataron—hora de irnos. 


Lo siguiente que paso fue que se fueron en su auto y en el de los cadáveres que ahora llevaban, lo llevo a un deshuesadero y los cuerpos los movió a otros autos dejando las partes exparcidas por este. Serena estaba sorprendida de lo que pasó, no creyó que tuviera esas atenciones y sabía que ella no actuaba solo por gusto, sino que debia haber más, sin embargo no pregunto nada.


En eso le celular sonó y fue Serena quien lo leyó. 


—Han hecho el pago por los dos muchas y también acaba de llegar el pago por los órganos—Le dice y en eso Isabella golpea el volante asustando a su acompañante.


—Se me olvidaron los intestinos y el bazo—dijo girando en la siguiente intersección, para volver a la bodega. 


Aveces actuaba como una jovencita caprichosa, y eso en parte le parecía curioso, sin embargo todos esos pensamientos, mejor se los guarda para ella.

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