El Perfume
#Isabella
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#Cerrado
||La Perfumista
||Plot
||Isabella
Para una jovencita caprichosa y que nunca encajo en el orfanato donde creció, ser vendida a los dieciséis años para hacer más cupo en el sitio donde estaba, no era nada, igual no es que le importara, sinceramente no lo hacía y tampoco es que le fuera tan mal, la persona que la compro le compraba ropa cada cierto tiempo, aunque le ponía a hacer tareas como limpiar botellas, lavar ingredientes para algunas esencias, asi como el recibir a los clientes que iban a comprarle perfumes, la gran mayoría eran hombres y mujeres de dinero quienes iban a verlo.
Con el tiempo aprendió el arte de la perfumería y como hacer las mezclas correctas.
Sin embargo una mañana en la que iba a comprar cosas para la comida, una fragancia dos muchachos hombre y mujer no más grandes que ella, le llamo su atención, aspiro sus fragancias de ambos y esto enloquecio a Isabella los quiso seguir pero la distracción de una mujer que salía de un burdel con una mezcla de aromas hizo que se tuviera que apartar y no alcanzo a ver en qué dirección se fueron. Sin embargo no olvidaría aquellas dulces fragancias de aquellos jóvenes.
Unos días más tarde, con veinte años de edad, se escondió detrás cuando un cliente fue a ver a su señor, básicamente diciéndole que había recorrido todo Francia en búsqueda de un perfumista que hiciera una fragancia como la que trajo de Imperio Otomano, pero que ninguno había podido igualarla que si lo lograba, que le pagaría una cuantiosa fortuna. Todo eso lo escucho Isabella y cuando el cliente se fue, la joven se acercó y le pidió una oportunidad.
Su señor acepto pero que si se equivocaba, la moleria en azotes.
Por su parte Isabella hizo todas las mezclas posibles hasta que quedó satisfecha, le presento su trabajo a su señor y este a su ves lo presento a su cliente. Tardó un rato en dar su veredicto, porque simplemente era perfecta, el cliente le pago lo suficiente y un poco más de lo normal, felicitandolo por su trabajo. Eso a Isabella le daba lo mismo, cuando estaba entretenida preparando otras cosas, volvió a sentir esas fragancias, salió y pudo sentirlas fuertes... pero cuando les encontró, estaban desvestidos, el sobre ella y está a su vez arañandole y gimiendo, estaban teniendo su primera vez, pero lo que hizo enojar que ambos chicos sus aromas habían cambiado, ya no le eran atractivos sino igual de nauseabundo que el aroma que salía de aquel burdel a dos calles de ahí.
La chica se llenó de cólera que con un tronco lo tomo y se lo rompió en la espalda al muchacho y al apartarlo del cuerpo de la muchacha, a esta le golpeo con el tronco en varias ocasiones, hasta que ambos muchachos murieron, dejo el tronco por ahí y se fue huyendo.
Llegó toda agotada y sudando, no sintió remordimiento, de lo que hizo.
Unos días después Isabella le pregunto cómo podía hacer para capturar el aroma de las cosas y el señor, le dijo que el no sabía muy bien, que esa era un técnica bastante compleja y que solo su mentor podría enseñarle. A pesar de todo, ella fue enviada con este nuevo señor a quien sirvió pero el no le quería por ser una chica, así que Isabella se cortó el cabello y usaba gorra, y toda la ropa de chico que pudo a cambio de su ropa de mujer, incluso dejo de usar su ropa interior femenina que apenas años atrás comenzaban a usar. Fue con esta apariencia y que el señor le llamara "Bell" que le enseño, todo lo que sabía de perfumería y más.
Entonces volvió a sucederle un jovencito le llamo la atención, y como pudo lo secuestro inmovilizo, lleno de grasa y envolvió en telas de seda, para esto tenía una casa abandonada a las afueras de la ciudad, donde iba cada que podía pero cuando encontró fue al menos dos veces y cuando pudo obtener lo que quizo, se deshizo de los cuerpos, pero tonto de su parte fue guardar la ropa.
Al poco tiempo una jovencita también llamo la atención de Isabella, y termino haciendo lo mismo, después de ello, ya no pudo parar casi cada dos meses habia un desaparecido, sea hombre o mujer, por lo general jovencitos de menos de dieciocho, para cuándo había pasado casi dos años ya tenía diez notas diferentes, pero le faltaban dos, una era de una muchacha de nombre Bora comprometida con un muchacho que se llama Harumi, ambos eran de las familias más ricas de la ciudad y con todas las desapariciones estaban siendo más cuidadosos, lo cual hizo que estuviera más desesperada, sin embargo encontró la oportunidad de secuestrar a Harumi, a el lo golpeó en la cabeza arrastrándolo hasta que lo llevo lejos a una cueva donde esté despertó y vio a Isabella.
—Por favor suelteme—creyendo que era un hombre pero al ver qué era una chica trato de razonar con ella—¿Quieres dinero? Mi padre te pagará mucho dinero.
—Lo que quiero nadie me lo puede dar—Le dice y comenzó a cortarle el cabello, a pesar que se quería mover no podía y eso le puso más nervioso.
Comenzo a cubrirlo con grasa y después con las sábanas de seda, poco a poco el muchacho fue ahogándose por aquellas telas y grasa, hasta que pereció.
Algo parecido sucedió con Bora, pero a ella se le complicó encontrarla, porque una vez fue encontrado sin vida, desnudo en el bosque sabían que el asesino de jovencitos, había atacado de nuevo, lo que hizo ponerse en marcha y enviar su padre a Bora lejos, para protegerla, pero esto hizo enojar más a Isabella.
¿Qué haría? Ir tras ella, su olfato la guiaba y llegó hasta el lugar donde se quedaría.
Mientras tanto en la casa del perfumista, encontraron las ropas de los once jóvenes asesinados y los cabellos de estos, que eran para Isabella un trofeo. Pero los dejo atrás solo por ir tras Bora, lo único que llevo fue todo lo que necesitaba para poder hacer la última esencia. Un morral y eso era todo.
Al llegar ni siquiera tuvo que alejarse de la casa, Bora se quedaba encerrada en su habitación casi todo el día y la visitaban casi nadie, más que la muchacha que le llevaba el desayuno, comida o cena y la cena era a las seis de la tarde y el desayuno a las diez de la mañana. Tenía un gran margen, cuando llegó la noche, solo tuvo que trepar y aguardar, cuando pudo entro y le tapo la boca y amordazo, la amarró bien y le comenzó a quitar la ropa. Le cortó el cabello, todo lo guardo para si misma y le embadurno la grasa y la envolvio con las sábanas, pudiendo en pocas horas obtener la esencia, cuando llegó la madrugada, raspo toda la grasa de su cuerpo como lo hizo antes de los demás cuerpos y la dejo desnuda.
Claro la encontrarían al día siguiente, pero ella estaría lejos.
Aún así fue perseguida y al final la atraparon después de una semana, pues no le dejaron de seguir aunque les hubiera tenido una ventaja considerable al principio. Fue enjuciada y encontrada culpable, y sería ejecutada a medio día, pero no... No paso, había impregnado un pañuelo con su perfume, con su más grande creación, y logro que todos sucumbieran ante el amor, el amor que se demostraron de diferentes maneras y hasta los padres de Bora y Harumi, terminaron sucumbiendo.
°°°
...Cuando volvió a su ciudad natal y encontrando que no había nadie que le recibiera con el mismo amor que vio en aquella plaza días antes, entre tanto muerto de hambre, se baño asi mismo de su propio perfume y termino siendo consumida por el "amor" de todas esas personas.
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