Muérdago

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#Cerrado

||Bajo el muérdago

||24 de Diciembre

||Donatella - Miria

                        Estaban en una casa, era nochebuena, la cena estaba servida, el pavo puesto en la mesa, junto con los otros aperitivos y comidas, el champagne como bebida, pero lo más destacado era los pequeños gritos ahogados de una mujer amarrada y amordazada, viendo con terror la escena de su esposo muerto y desangrado, así como de su nuera embarazada que también había sido asesinada por la pareja, claro que fue la rubia la participe de ello y la hija fue asesinada por la otra mujer de cabello castaño. Tenían sus rostros manchados con sangre, aunque no en exceso.

—Tienes una mancha ahí—hablo Miria con una sonrisa ladina, para limpiarle aquella mancha con beso, pero tambien lamiendo sutilmente.

Donatella alcanzo a morderle el labio a su esposa riendo—Era eso o solamente un pretexto para besarme—Le responde riendo.

—Nunca lo sabremos—responde con un guiño y riendo bajito.

Faltaba poco para la media noche—hay que matar a la mujer, de nada nos sirve—Dice esto terminando de comer y limpiándose la comisura de los labios con una servilleta.

—Adelante cielo, yo voy a comer algo de postre—comento Miria y Donatella asintio, tomo el cuchillo con el que corto el pavo.

Cuando fue hasta la mujer esta gritaba aterrada, no podia moverse, pero eso no importo realmente, la levanto del piso para cortarle la garganta sin ningun tituveo, para ese punto su ropa estaba ensangrentada y era ya molesto el aroma, por lo que tomo la mochila que llevaba y se quito la ropa que traia la rubia, quedando solo en bragas, pues brassiere no usaba, al menos no esa noche. Cuando estaba colocandose su blusa, iba saliendo del comedor su esposa quien al verla se mordio el labio inferior.

—¿Te gusta lo que ves?—pregunto interesada, mientras se acercaba a su esposa.

—Todo de ti me gusta—responde y quedan justo en el alfeisar de la entrada al comedor, donde se funden en un beso apasionado, donde Donatella le toma de su cadera descendiendo por su cuerpo hasta agarrarla de su gluteo izquierdo con firmeza.

Luego de varios segundos aguantando la respiracion, se separan tomando una bocanada de aire, viendo Donatella hacia arriba—Creo que nos queda volver a besarnos—comento señalando hacia arriba y viendo ambas el muerdago.

—Creo que si en eso tienes razon—responde, comenzando a sonar el reloj de pendulo, avisando que ya eran las doce de media noche, lo que solo significa algo—¡Feliz Navidad, mi vida!

—¡Feliz Navidad para ti tambien cielo!—antes de profundizar el beso, señala los cuerpos en el piso—Oficialmente eres huerfana.

—Gracias cielo, fue el mejor regalo de navidad.

—¡Oh! pense que matar a tu ex fue el mejor regalo—responde seria para despues reir.

—¡Tonta! claro que lo fue, pero este es mejor, Te amo—y cuando por fin une sus labios con los de su rubia esposa, sintiendo como la mayor le apreto mas fuerte su gluteo debido a la excitacion del momento.