Lujuria

 

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                  Luego del primer show y d贸nde ella apostando que Isabella ser铆a la 煤ltima, le hizo ganar m谩s de trescientos mil d贸lares de la bolsa, decidi贸 buscar algo m谩s de diversi贸n para ella, en alguna ciudad mortal y que mejor que en la ciudad del pecado como lo es Las Vegas, quiz谩s apostando o algo m谩s divertido como meterse con alguna mujer, aunque no estaba segura de cu谩l de las dos, hasta que mientras regreso a una de sus casas en aquella ciudad, vio unas chicas en las calles, vestidas de forma poco menos que decorosa, ense帽ando lo necesario para llamar la atenci贸n pero no demasiado para generar expectaci贸n. Vio que varios autos se paraban, parec铆an hablar con los conductores y algunas se sub铆an y otras no, entonces record贸 que podr铆an ser prostitutas y fue justamente lo que se di cuenta que necesitaba. 


Cuando se acerc贸 le hizo una se帽a a una y est谩 se acerc贸. Al ver que era una mujer se sinti贸 decepcionada.


—Oh, cari帽o yo no atiendo mujeres—Decia de forma un tanto jocosa en su tono de voz—pero si gustas te paso el dato de una amiga que solo atiende mujeres.


—Vaya, ser铆a eso interesante—Confeso y en unos segundos recibi贸 una tarjeta con un n煤mero de tel茅fono y un nombre.


—Es el n煤mero de mi amiga, se llama Venus—Le contesta la chica que parec铆a de unos veinticuatro o veinticinco a帽os. 


Cuando le dio el n煤mero, ella le extendi贸 dos billetes de cien d贸lares que no eran nada para ella.


La mujer qued贸 sorprendida y Luc铆 se fue para llamar, en el trayecto llamo y la joven acepto cuando le dijo que pagar铆a lo que fuese por toda la noche, ante tal oferta no pod铆a negarse. Cuando llego a la casa de la joven, le mira a los ojos en cuanto est谩 le deja entrar. No fue necesario mucha pl谩tica fueron directo al punto, las dos fueron recorriendo sus bocas con sus respectivas lenguas mientras de camino a la habitaci贸n de la joven se fueron sacando la ropa, cosa que a la 脕ngel ca铆do le gust贸 mucho, m谩s cuando terminaron casi desnudas, ya para ese punto Luc铆 estaba excitada y se notaba en el bulto entre sus piernas.


Aquella sorpresa fue m谩s que llamativa para "Venus" fue nueva, nunca hab铆a estado con una mujer como Luc铆, sin embargo no solo fue el bulto lo que llamo su atenci贸n sino toda su anatom铆a en la que se deleit贸 y se sinti贸 m谩s excitada. No sab铆a porque aquella vista le excitaba cuando se hab铆a dicho asi misma que no le gustaba el pene, no perdi贸 el tiempo y termino bajando la prenda 铆ntima y con su mano comenz贸 a estimularla, as铆 como con su boca comenz贸 a hacerle una felaci贸n. Aquellas atenciones trajeron consigo que Luc铆 se sintiera tambi茅n bastante excitada, era la primera vez que ten铆a sexo con una humana en siglos, esto le hac铆a sentir aquella lujuria que no se quiso detener; el movimiento p茅lvico hac铆a que llenar谩 con su falo en la boca de la mujer, quien parec铆a gustosa y casi se atragantaba sin embargo pareciera no importarle.


As铆 como a Luc铆 tampoco le importaba, por lo que le toma para estar sobre ella y comenzar a besar desde sus muslos, hasta llegar a su intimidad donde llego a besar sus labios vaginales, los cuales lami贸 y succion贸 con intensidad, sonriendo por escucharle gemir y jadear en ese momento, cuando estuvo lista se acomodo para penetrarle, no tard贸 en comenzar a embestirla con fuerza, con firmeza mientras le ten铆a sostenida de sus piernas para mantenerlas abiertas, cosa que a Luc铆 le gustaba mucho m谩s porque con cada embestida lo hac铆a con fuerza, cuidando de no excederse tampoco para no lastimarla y as铆 ambas disfrutaban. 


Habitualmente Venus ped铆a el uso de cond贸n a sus clientas pero con Luc铆 se le pas贸 y cuando record贸 esto fue al sentir el orgasmo de la mujer en su interior. 


—¡Rayos! Creo que estaba tan caliente que se me olvid贸 pedirte el uso del cond贸n—Expreso con la respiraci贸n entre cortada, y jadeos suaves.


—Tranquila, que no soy f茅rtil y tampoco estoy enferma—le trato de calmar—ademas, no puedes negar que se sinti贸 magn铆fico.


Y sinceramente Venus no pod铆a negarlo, se sent铆a muy bien que incluso no tuvo problemas para que no lo usar谩n en lo absoluto, ni siquiera cuando Luc铆 pidi贸 sexo anal, el encanto de la 谩ngel fue lo suficientemente fuerte para que la mujer se sintiera extaciada de placer por las acciones que ambas ten铆an, sexo anal, oral, vaginal, diferentes posiciones tuvieron, varios orgasmos hicieron de la menor presa del mejor sexo. Al llegar la madrugada y casi las seis de la ma帽ana, Venus termino agotada, jam谩s hab铆a tenido sexo tan extenuante mientras que Luc铆 no hab铆a tenido sexo tan liberador como ese. La mujer pago por los servicios y una buen propina de poco m谩s de cinco mil d贸lares y sali贸 de aquella habitaci贸n, aquel departamento con una sonrisa traviesa y p铆cara, probablemente Venus ser铆a una de sus amantes habituales.

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