Family

 

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||Sarah

                   Para cuando vio como asoto aquella mujer contra el suelo a quien tenía una determinación de no querer participar, hizo que se alejaran del epicentro y poder ver lo que hacían entre ellas, pero ella tenía razón, perderían y estaba conciente de ello.

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Si bien habia visto una cantidad considerable de otros mundos, no se imagino que serían tan diferentes, pero ella siempre elegiría el suyo, más desde que hizo una familia y tuvo una hija llamada Eliza, ella nació su ser, sintiéndose soñada, más cuando supo que tuvo también su propia hija, aunque era extraño en ese mundo lo permisivo que es el incesto, sin embargo ella no le importaba eso, solo ver a su hija feliz, aunque le hubiese gustado ayudarle con todo lo que vivió, Eliza era feliz y eso era realmente lo importante y que decir de su nieta quien creció con amor y comprensión, además del dinero de la familia de su padre, dinero que no la ha cambiado, por alguna razón sentía que no volvería, por esa razón dejo una carta para su hija y su nieta.

—¿Qué pretendes Azael?—Pregunto Fernanda quien era su pareja cuando le dió aquella carta.

—Solo quiero cubrir todos los ángulos, antes de irme—Comento Azael que en aquellos momentos no tenía su habitual apariencia de niña de catorce años—Quiero que les des esa carta sino llegó a volver o quien sabe. 

—No digas tonterías, eres un Ángel Caído, un ser prácticamente inmortal—Le abraza con intensidad en aquel momento, queriendo transmitir su amor y robándole un beso—Tienes que volver a mi ¿Entendiste?

—Tal vez—comento bromista, recibiendo—Entendi, entendí, volveré contigo.

En ello cambia su apariencia física, a ser esa adolescente de unos trece o catorce años, antes de irse, no quería que su apariencia adulta llamara demaciado la atención al mundo donde fuera que tuviese que ir. Cuando abrió el portal, paso por este y pensó en su familia, en su mujer, en su hija y su nieta. 

°°°

Al volver a la realidad decidió ponerse de pie y lanzarle su espada, y vio como sin mucho problema la detuvo y viéndola con determinación. 

—¡Déjala en paz! Si ella no quiere, no deberían presionarla—en ese cambio su apariencia a una de adulto y con sus alas podía mantenerse más en vuelvo—Si quieres pelear, métete también conmigo. 

En ese momento su vestimenta bélica hizo acto de presencia claro que estaba dispuesta a pelear, y otra cercana fue la primera en atacarla, pero otra fue la que le protegió, convirtiéndose aquello en un pandemonium, una pelea entre Serafines traería una fuerte consecuencias, atrayendo a seres indeseables, pero la pelea había comenzado y no daría fin a ello.