Fear

 

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                       Estaba bebiendo una copa de vino con su cliente en la habitación de un hotel al que fue con el hombre, era quizás el hombre más insistente y el que pago lo que ella le dijo, sin rechistar y por adelantado eran casi treinta mil dólares en Bitcoins lo que le pago y no le quedó de otra más que aceptar e ir a la cita. 

                       Desde los dieciséis años había comenzado a prostituirse y no precisamente por gusto pues pagaría la deuda de su padre por jugado y las apuestas, aunque sexualmente ya era bastante activa y había tenido sexo con hombres mayores a cambio de favores, pero solo cuando ella quería, pero ahora solo pagaba sus deudas, sus lujos y las deudas de su padre vendiendo su cuerpo. 

—Creo que ya pasamos mucho tiempo charlando—El hombre le hablo con evidente enojo dejando su copa acercándose a ella.

—Tenemos toda la noche para divertirnos cariño—hablo con serenidad cuando esté se veía enojado y se paró para ir a servirse un poco más de vino pero fue tomada de sorpresa por la cintura con fuerza—Tranquilo, no desesperes. 

—Yo vine a follar—Dijo con la voz más rasposa y con firmeza la aventó a la cama donde se subió a la inmovilizó—No a parlotear.

                       Tratando de forsejear para safarse del agarre, no pudo y por el contrario sintió como le apretó las muñecas, se las coloco sobre la cabeza y comenzó a besarla con desespero mientras con la mano libre comenzó a apretujarla desde sus pechos, llegando a sus muslos apretando estás con fuerza le tenía bien sujeta y aunque le mordió el labio no le importo al hombre. Con la corbata que se quitó le sujeto las muñecas para inmovilizarla y así tener una mayor libertad, aunque pataleaba y gritaba, recibió una bofetada en respuesta a sus gritos.

—¡Cállate estúpida! Que nadie te vendrá a ayudar—comento con enojo el hombre mirando a la menor con lujuria.

                      Aunque rogaba que minimo alguien se acercara a golpear la puerta en los próximos treinta segundos, no paso por el contrario el hombre le quitó las bragas que traía y las uso para meterselas en la boca y así callar sus gritos. El resto del vestido que había subido para sacarle la ropa interior, ahora con sus grotescas manos le estaba razgando la tela. Ella no dejaba de patalear pero en cambio el hombre le dio otro golpe en la cara.

—Siguete moviendo y te destrozare esa carita de puta que tienes—le amenaza asfixiandola por unos pocos segundos, al apretar su cuello.

                       El siguiente movimiento fue quitarse la ropa, el pantalón y el boxer, la camisa dejándose solo los calcetines, era un hombre corpulento y su miembro era más grande de lo que estaba acostumbrada, ya que la mayoría de sus clientes no tenían un pene más grande que los dieciocho centímetros y por muy grandes alcanzaban los veint centímetros, pero el pene del hombre era mayor, mucho mayor de lo que pensó que la hizo tragar en seco. 

—Me resultaste un puta muy cara, espero que valgas la pena—Dicho esto no perdió tiempo para penetrarla al está abrirle las piernas sin ninguna consideración—Mgh~ para ser una zorra, estás bastante estrecha... No te preocupes que te dejare el coño bien abierto. 

                       Y no solo eso haria, sino que le destrozaba con las fuertes embestidas, sentía como forzaba la entrada de los casi veintiocho centímetros en ella, y el grosor era casi de seis centímetros lo que hacía del pene de aquel hombre el más grande que había entrado en ella. A pesar de lo rudo que era, Shannon se las arreglaba para apretar sus músculos internos más para que el hombre se corriera y todo aquello terminará pronto; pero lejos de terminar el hombre por el contrario salío de ella y con la fuerza que tenía manipuló su cuerpo a su antojo y la puso en cuatro, y con las piernas abiertas, con su trasero bien levantado la volvio a embestir.

                      Teniéndole sujeta del cabello le jalaba y con su otra mano le mantenía en sus glúteos, dándole azotes a sus glúteos, causando entre los azotes y las duras embestidas fuertes gritos ahogados de dolor, suplicaba que se detuviera, lloraba pero eso no le importaba seguía embistiendola y lo hacía prácticamente entrando completamente en ella, sin ninguna preparación aquellas penetraciones fueron duras, además de recibir más azotes en sus glúteos, sintiendo un ardor en su piel a causa de ello, sin embargo su cuerpo reaccionaba de forma involuntaria, su intimidad lubricaba, y suspiros soltaba entre las estocadas, suplicaba que todo terminara. Volvió a cambiar de posición volviendo a posición inicial pero está vez alzo su pierna derecha colocandola sobre su hombro mientras que con su mano en el cuello le asfixiaba por momentos, sin detenerse en cada estocada que era fuerte y que no iba a detenerse, incluso las asfixias que aplicaba las intercalaba con bofetadas que terminaron rompiendo su labio inferior. 

—Te gusta así ¿Verdad puta? A las golfas como tú deben ser tratadas como lo que son—El hombre le dijo entre jadeos roncos, al hombre no le importo realmente ponerse condón, así que cuando explotó en un orgasmo, su semen lleno la cavidad vaginal—Umgh~ ¡Joder!

                       El sentir como lleno su interior con su esencia le asustó y paralizó a la menor, nunca había sentido aquello y menos en los tres años de su trabajo como dama de compañía, sin embargo eso no detuvo al hombre, al sacar su miembro aún con este semi erecto presionó para penetrarle por su entrada anal, aquello le dejaría su ano destrozado y chillaba sin contemplaciones, pero no las hubo bajo a lamer y morder sus pechos.

                        Sin duda está era la peor experiencia de todas desde el gang bang en el que participó a los dieciséis años, pero con la única diferencia que solo termino con la ropa interior rota, desvirgada y llena de semen, ahora estaba siendo mucho peor, porque ya tenía el labio sangrante, su vagina le dolía como nunca y su entrada anal le ardía y dolía como nunca, incluso podría decirse que hasta sangrante, además de las marcas a sus glúteos por los azotes y las mordidas que estaba dejando a sus pechos. Y no conforme a ello en su interior la orino y lleno de su esperma, además termino dándole un par de bofetadas más quitándole su corbata. 

                        Al final la dejo en la cama metiendose a duchar, cambiándose y dejándole unos cuantos billetes extra.

—Te volveré a buscar pendeja, para darte otra cogida y espero aceptes o te las verás muy mal con la policía—le amenazó dejándola tirada en aquella habitación sollozando y temblando.

                       Aquello sin duda alguna la orillaria a pedirle ayuda a la persona que se la ofreció hacía meses. Como pudo, alcanzo su teléfono y le envío un mensaje a dicha persona.

«Kahi, por favor ven a recogerme, estoy en un hotel, te mandaré la dirección, Ven pronto... Shannon»

                        Con el teléfono en la cama y con apenas fuerzas necesarias se puso de pie para ir al baño y poderse limpiar, vio como por sus piernas escurría sangre y esto asustó a la menor que apenas y pudo sentarse pero fue un martirio el tratar de orinar o tratar de defecar para sacar todo aquello que en su interior había dejado el hombre. No volvería a prostituirse jamás y eso lo tenía claro, pero aún le faltaba dinero para pagar lo demás.

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