Gula

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                  Se encontraba Alexa sentada en su casa sola mientras pensaba en lo que su manager le había dicho para que pudiera conseguir el contrato por el cual ella estaba peleando por conseguir, por encima de sus compañeras quienes igual querían entrar con esa empresa, sin embargo ella entro en una depresión.

—Alexa, ya por favor ¿Qué te pasa? —le pregunta su manager para que ella le dijera.

—No quiero hablar—decía con lagrimas en sus ojos mientras dejo escapar un suspiro, mientras mira de lado ignorando a su manager—quiero estar sola.

—Alexa te recuerdo que en dos semanas tienes la sesión de fotos para poder firmar el contrato—le dijo su manager pero ella ya le había dado la espalda para caminar a su cama y tirarse boca abajo.

Se quedo en casa por aquellas dos semanas y durante esas semanas la última semana se la pasó comiendo, pero no era de comer poco sino que se daba comidas donde terminaba vomitando y aun así no le importaba, no dejaba de comer. Por toda una semana se la paso comiendo de todo, su aspecto físico era lo que menos le importaba andaba en su casa en ropa interior, con una blusa amarilla sus mejillas llenas de comida y la blusa y sus bragas manchadas de la comida que había comido. 

A pesar que sentía que lo que hacía no estaba bien, no se resistía en lo absoluto a hacerlo, lo que más consumía era pollo frito, helado, papas fritas, batidos de chocolate, pizza y en si casi cualquier fritura que se le pusiera enfrente. 

La ventaja que tenia era que ella pagaba porque le hicieran las compras, así que no tenia porque salir, no era que estuviera cayendo en la bulimia porque ella no comía y después vomitaba, ella comía hasta que vomitaba y después seguía comiendo, así que se imaginaran como el suelo de la cocina se encontraba. 

Tanto fue así que la señora que iba a hacerle el aseo salió huyendo cuando vio el desastre que había y eso que solo habían sido tres días que llevaba ese ritmo.

No fue que su amiga Silvia le fue a ver y la detuvo cuando estaba en un atracón y le dio la primera bofetada de su vida que salió de una especie de transe en la que se encontraba. 

—¿Qué fue lo que pasó?—Pregunto conmocionada la chica. 

Que estabas tragando literalmente ¿Qué te dio por comer así? —Le cuestiono ahora su Silvia mientras recogía lo poco que tenia al alcance, mientras veía con dolor a su mejor amiga.

—N-no lo sé Silvia, solo me sentí deprimida—decía la joven con pesar y lo primero que hizo fue ir al closet y en el mismo había un espejo que al verse reflejada se dio asco y grito un poco.

Corre Silvia hasta la habitación donde escucho el grito y mira a su amiga a un lado sentada en el piso abrazada a sus piernas llorando—Ay mi pequeña—se acerco a su hija se inclino para quedar a su altura y abrazarla

—Soy un asco, parezco una cerda—decía entre sollozos y ocultado su rostro por la vergüenza que sentía en el momento.

—Alexa, nada que un buen baño y cambio de ropa no quite, así que mueve ese culo y a ducharse—le dice su madre soltándola para ayudarle a ponerse de pie—y bien que lo necesitas Alexa ya hueles feíto.

Ese comentario y ademan que su madre hizo le causo gracia y ella se hecho a reír—bueno está bien, iré a ducharme

Cuando se puso de pie y se metió a ducharse se quito toda la ropa que traía y si que olía mal, a fétido era el olor que estas tres prendas tenían impregnadas, tanto así que a Alexa el olor se le hacía nauseabundo, no le cavia en la cabeza como pudo soportar casi una semana aquel olor y poder seguir como si nada. 

Incluso la joven recordó cuando el encargado de hacer sus compras llego y ella salió en ese estado, esto le hizo palidecerse y a la vez sus mejillas se tornaron rojas, cuando estaba bajo el agua de la regadera.

Al final de cuentas aquel periodo de tragazón que tuvo, no le volvió a pasar a ese grado aunque ahora mantiene sus reservas con respecto a quedarse sola en medio de una depresión, si llegara a tenerla lo que menos quiere ahora es quedarse sola ya que no quiere volver a caer bajo el deseo y la culpa de comer a tal punto de la desesperación y de comer más por satisfacción que por saciedad.