Mi pasado

 

#Sari

#GPMHA

#timlgp

#Cerrado

||Mi pasado

                 Podía buscar con su olfato la comida que necesitaba, estaba acostumbrada a comer crudo, llevaba varios siglos viviendo a cuatro patas, pero ya había olvidado que debía cambiar a su forma humana, algo que no sabía si podía volver a hacerlo, pues la última había tardado demasiado en volver a ser su forma animal. Al sentir como un aroma familiar llegó a su olfato se acercó hasta esa zona y pudo ver a un grupo de humanos entre aquel bosque que era su territorio, había olvidado que alguna vez formó parte de una manada humana.

°°°

Era una mujer que le gustaba pasear, hija del líder de un pueblo que vivía en el bosque, estaba comprometida pero no había conocido a su prometido que pertenecia a otra aldea y que era hijo del líder, pero no estaba interesada en casarse aún tenía dieciocho años y se sentía que era muy joven aun para casarse, aunque su madre siempre le decia que ya era hora de casarse, sinceramente no sabía porque la urgencia, sin embargo queria honrar a su pueblo y a su padre, por ello no decia lo que pensaba realmente, como el que quería desposarse con la sacerdotiza, que era una mujer hermosa.

—Sari no puedo corresponderte, sirvo a los Dioses, y tal vez algún día ser la chamana—trataba de alejarse, pero Sari no le dejaba y estaba interesada también en sus besos, los cuales no podía resistirse—En una hora llegara tu prometido y su familia. 

—Si, pero yo estoy interesada en ti, Siyeon y puedes ser Chamana, la Chamana de la aldea está casada—le recordó, mientras le seguía dando besos a sus labios y la abrazaba.

Ambas estaban en el lado opuesto del pueblo, pero debían ir a cumplir sus deberes cada una, por un lado Siyeon con la Chamana, por otro lado Sari con su madre quien le ayudaba a cambiarse y le preguntaba lo que debia hacer. Cuando llega la comitiva de la otra tribu, está llegó con regalos para la tribu que eran armas y alimentos propios de la cercanía de la tribu a la que pertenecían, para la novia y su familia le llevaron joyas para la madre, armas para el padre y pieles, además de un enorme venado. 

—Estos regalos son para la novia y su familia y el venado fue casado por mi hijo primogénito—quien entro con un adorno en su cabeza con los cuernos de venado, pieles cubriéndole su cuerpo—Agnagh, mi hijo y nuestra tribu deseamos formalizar el compromiso con su hija Sari.

—Nosotros acep...

—¡NOOO! Yo no acepto, no puedo casarme con un...—podría sentir que su madre le quería detener—Con un hombre tan animal, no puedo ni quiero. 

Nadie esperaba lo que Sari dijo y también lo siguiente que paso.

—Esto debe ser una broma, una de mal gusto—comento completamente indignado el padre de y líder de la otra tribu, pero su mujer le detuvo.

—No tienes que pedir nada, pero tú muchacha te quiero decir algo—era la madre de Agnagh—Andaras en cuatro patas hasta que encuentres a tu alma gemela, no importa lo que hagas no volveras a andar en dos piernas y tu propia gente te repudiara.

A nadie pareció importarle las palabras de aquella mujer, excepto la Chamana de la tribu y Signie, quien la busco después pues no podía negar que realmente estaba preocupada por Sari, pues sentía algo por ella. Ya había sido regañada por su padre y su madre, pero no estaba arrepentida y lo que dijo la señora no le preocupaba.

—Sari de verdad no debiste decirle eso al muchacho—recrimino Siyeon a la muchacha, quien le abrazo y se recargo en su pecho.

—Ya se, pero lo hice, además dentro de poco le diré que quiero desposarte—Comento como si nada, sin apartarse—Si, si ya se lo que quieres pero también no puedes negar que sientes algo por mi.

—Eres imposible ¿Sabías?—Comento, causando la risa de Sari y después la suya pues la risa de está le era contagiosa. 

—¿Algo nuevo que agregar?

Le da un zape, diciendole "tonta".

La siguiente Luna llena llegó y con ello algo que no esperaba, cuando estaba en el bosque ya era de noche, pero fue entonces que todo se le fue nublado, su cuerpo temblaba, su temperatura corporal aumentaba, sus huesos se iba a acortando y engruesando, pelaje iba saliendo de su cuerpo, de la desesperación se había arrancado los ropajes que traia puesto, garras le comenzaron a salir y sus mandíbulas se alargaron, le salieron dientes más grandes y afilados, había llegado hasta el lindero de un río pequeño, donde cayó desmayada; cuando despertó en el río se le dificultó ponerse en pie, no se percató de su cambio físico hasta que vio su reflejo, un aullido salió de su hocico y salió corriendo en dirección a la tribu, donde al llegar y verla le aventaron piedras y lanzas, ella trataba de comunicarse pero no paso nada más de su hocico salieran ladridos y gruñidos, como no dejaban de lanzarle piedras y lanzas, no le quedó de otra que escapar. Penso que solo era una pesadilla, sin embargo a la mañana siguiente luego de refugiarse en una cueva que solo ella conocía, despertó y se dio cuenta que no había vuelto a la normalidad. 

Tardó para darse cuenta que aquello era la consecuencia de haber rechazado a aquel muchacho, sin embargo no podía pensar claramente cuando pasaron varios días sin comer, hasta que el instinto salvaje se apoderó de ella y consiguió cazar a un conejo para comerlo crudo, aunque no podía decir que le gustaba aquello que probó, tampoco podía decir que le desagrado, al final de cuentas sacio su hambre.

°°°

Cuando regreso a la realidad era una noche estrellada y el chamán de aquella manada les estaba contando historias, solo que no presto atención, sino se daría cuenta que se trataba de la misma manada que quince mil años antes había sido su propia manada, aunque aquellos eran más bien sus descendientes. 

Volvió sus pasos atrás y encontró un venado mal herido, al cual tuvo piedad de el y acabo con su sufrimiento, quizás Sari ya no podría volver a ser la de antes, pero había vivido tanto en tantos años que quizás era el ser más sabio, pero también no sabía que el mundo estaba tan cambiado, pues había tenido la precaución de no volver a tener contacto humano al menos en el último milenio, además no le gustaba mucho que la vieran desnuda, pues era la única forma que podía tener cuando podía alcanzar su forma humana, cada poco tiempo. 

No sabía que pronto esa condición de vivir alejada terminaría.