La niña que vivió (Parte 1)

 

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||La niña que vivió

||Pasado

||Hermione - Mcgonagall 



                  Tenía once años, estaba de vacaciones en su casa leyendo un poco de lo mucho que le gustaba leer, sus padres estaban en casa, era su dia de descanso de las consultas como dentistas, que era a lo que se dedicaban, le ayudaban mucho con sus tareas cuando le tocaba hacerlas, sin embargo aquella tarde de fines de julio una persona llego a su casa, era alta, de apariencia fina, bien parada, aunque con un vestido recto, negro y largo, unas gafas semi redondas, y un maletín cafe oscuro basta anticuado. 


Hermione estaba entretenida leyendo, pero escucho como sus padres hablaron con aquella mujer y le dejaron pasar, ella se encontraba en el sala de estar. Una niña abida por el conocimiento, de cabello enmarañado castaño, dientes perfectos, ojos color miel, pero lo más destacado era un mechón platinado en su cabello que ella ocultaba y una cicatriz cerca de oreja en forma de rayo. 


Cuando llegaron sus padres con la extraña mujer Hermione cerro el libro y se iba a ir.


—Quedate Hermione, ella viene a hablar contigo—Le dice su padre y la niña parece sorprendida.


—¿Conmigo?—La niña dejo el libro de lado con mucho cuidado. 


—Por supuesto que si, jovencita me presento—dejo su maletín en la mesa acercándose a la niña—Soy Minerva Mcgonagall, soy profesora de Hogwarts y vengo a decirle que tiene usted señorita Granger un lugar asegurado.


Saco del maletín del maletín un sobre de un color amarillento con una caligrafía en color verde con su nombre escrito en el y la dirección de su casa, sus padres miraron con extrañesa a la mujer.


—¿Hogwarts? Nunca escuchamos de una escuela llamada así—Dice la madre bastante preocupada. 


—Eso es porque los muggles no saben que existe, hasta que vinimos a buscar a un alumno—explico y cuando la niña iba abrir la carta se detuvo y miro a la profesora.


—¿Muggles?—pregunto consternada.


—Si, gente sin magia—responde con sinceridad.


—¿Cómo les dicen a los que nacen de gente sin magia? Oiga espere ¿Magia?—dice ahora consternada—¿Es lo que hago?


—¿Qué es lo que haces?—Minerva parecía interesada y contrariada. 


—Bueno, una vez explotó un globo y ella creyó que lo hizo pero seguro lo habían inflado—intervino el padre con una risa nerviosa. 


—Si, si, también una vez dijo que hablo con una serpiente en un viaje de la escuela—conto la madre aun mas nerviosa—pero seguro no fue eso, sino que creyó que hablaba con ella, ademas las serpientes no hablan. 


—¡No! Iba a a decir que una vez hice hervir el agua muy rápido, el recipiente apenas lo habían puesto y venía de que una niña me dijo dientona—explico Hermione, sonrojándose por lo que dijo aunque enojandose porque el recuerdo le hacía rabiar, y en eso las lámparas que estaban encendidas en pleno día explotaron.


Para eso, la profesora Mcgonagall saco su varita y de un movimiento reparo todo, dejando a los padres anodadados y a Hermione sorprendida pero con una marcada emoción. Claro para ella fue emocionante lo que vio hacer la profesora y si ella era bruja, entonces si quería ir. 


—¿Podré hacer yo eso?—pregunto Hermione con una sonrisa emocionada. 


—Eso y más, en Hogwarts no solo te enseñaran a canalizar tu magia sino a controlarla—Responde seriamente, guardando su varita—Magia frente a Muggles no está permitido, por el estatuto del secreto, sin embargo era importante mostrarle a tus padres y recordarles lo que el profesor Dumbledore les escribio cuando te adoptaron apenas unas semanas después de que lo hicieron.


—¿Soy adoptada? Yo... ¿Ustedes no son mis verdaderos padres?—Hermione paso de la sorpresa buena a la mala y hasta abrió los ojos en aquellos momentos.


Mcgonagall al ver la expresión de esta, casi se le sale decir una maldición porque no sabía que no le habían dicho que era adoptada, lo cual se le hizo algo muy grosero, pero tal vez no querían causarle precisamente esa consternación, pues no sabrían que decirle, pero acaso ¿Ella si? No tiene idea, pero trataría. 


—Hermione, ellos no te lo ocultaron porque quisieran, lo hicieron porque realmente no sabrían como responder a preguntas como "¿Quienes son tus padres?"—comento a la niña que estaba prácticamente al punto del llanto—Incluso en mi mundo eso es misterio, solo se que el mago tenebroso más poderoso de todos los tiempos quería acabar contigo, pero por alguna razón sobreviviste, la cicatriz cerca de tu oído derecho es producto de una maldición muy poderosa y eso y el mechón plateado son lo que dejó atrás ese mago. 


Para los padres, pero sobretodo para Hermione fue algo importante e impactante, pero quería saber más. 


—¿Usted sabe quién es mi madre y mi padre?—Menciono la pequeña castaña.


—Tu madre era nacida muggle, así se les dice a los que son de familias completamente muggles—Comento la profesora antes de continuar—sin embargo, tu padre es un misterio, solo el profesor Dumbledore sabe quién es—Le dió una carta extra que no tenía el sello como la otra pero tenía la misma dirección y nombre y misma caligrafía. 


Primero abrió la carta que tenía el nombre de una escuela, claro era más gruesa que la otra, aunque la segunda parecía tener algo mas.


COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA Y HECHICERÍA


Director: Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore.


Querida señora: Hermione J. Granger


Tenemos el placer de informarle de que dispone de una plaza en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Por favor, observe la lista del equipo y los libros necesarios. Las clases comienzan el 1 de septiembre. Esperamos su lechuza antes del 31 de julio.


Muy cordialmente,

Minerva McGonagall

Subdirectora


—¿Usted es subdirectora?—Ahora estaba más sorprendida.


—Asi es, también soy profesora de transformaciones y jefa de la casa Gryffindor—Aquello último lo menciono con total orgullo—En Hogwarts encontrarás cuatro casas, las conocerás cuando vayas, porque si irás ¿Verdad?


—Absolutamente—dijo con emoción.


En eso hizo sacar una lechuza de su maletín, una negra, un pedazo de pergamino y una pluma para poder escribir en respuesta que Hermione, todo aquello es una verdadera sorpresa para Hermione. 


—Pero ¿Dónde compraremos los libros y las cosas que vienen aquí?—Dice el Padre de la niña con preocupación, pues no creia que todo eso lo encontraran en una tienda en el centro, pues vio la otra hoja dónde venian los materiales.


—Puedo llevarlos hasta el callejón Diagon—ahora le habla la profesora. 


Pero ahora Hermione abrió la otra carta, saliendo del sobre una llave pequeña de plata. 


Querida señorita: Hermione J. Granger.


Le escribo para poder decirle que le entrego la llave de su bóveda en Gringotts, por sino sabe, es el banco del mundo mágico manejado por duendes, cuando vaya al callejon Diagon, pidale a la profesora Mcgonagall que le lleve. Su apellido es Greengrass, solo que nadie lo sabe y por su seguridad es mejor que por ahora nadie lo sepa. Los duendes del Banco son muy discretos, por lo que no debe preocuparse. 


Atentamente:

Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore.


Cuando terminó de leer, la profesora Mcgonagall ya había guardado sus cosas, ella tomó la llave y después miro a la profesora—El profesor Dumbledore me dijo...


—Si se lo que es señorita Granger, le llevaré al Banco y de paso debo recoger algo—dice la profesora—Entonces en marcha.


Una vez que le dio la dirección, no le fue difícil llegar, claro bajaron y llegaron caminando hasta un bar, para Hermione era evidente, para sus padres no tanto. Pero les siguieron hasta el lugar.


—Profesora Mcgonagall, es un placer verla ¿Desea le sirva cerveza de mantequilla?—decia el hombre del bar. 


—No ahora Tom, tal vez después—dice y alcanza a ver a Hermione quien veía el sitio, era un Pub, con varias mesas y varios magos en sus asuntos.


—Oh, pero si es Hermione, la niña que vivió—comento, alguien miro a la chica además de Tom.


Varios se acercaron nerviosos, ella lo estaba más, pero no solo estaban magos que probablemente no volvería a ver. 


—P-profesora Mcgonagall, q-que gran sorpresa—Dice mientras se acerca bastante nervioso—¿E-es ella?


—Si, profesor, Hermione quiero que conozcas al profesor Quiller de Defensa contra las Artes Oscuras—le comunicó la profesora con cierta solemnidad de su parte.


—Un placer, profesor—Quizo saludarlo estrechando su mano, pero este se asusto. 


Cuando se alejo calmo a la menor diciéndole que el es asi, bastante nervioso. La profesora le explicó la razón y que era por causa de los vampiros contra los que se enfrentó, sinceramente esto le parecia sospechoso, siendo Hermione bastante más desconfiada, pues en su escuela primaria le enseñaron a desconfiar de adultos nerviosos, porque eventualmente algo esconden. 


Distraída en sus pensamientos no escucho parte de lo que dijo la profesora, sin embargo se terminó maravillando cuando vio el callejon Diagon completamente abierto para si. Había mucha gente y muchos escaparates. 


—Bien, debo llevar a Hermione a Gringotts—señalo el gran edicifio al final de la calle, en un color blanco mármol—sinos esperan en esta heladería, podemos ir a ver el callejón para que la proxima ves puedan venir por si mismos. 


—¿No podemos ir con ustedes?—Pregunto la madre, pero la profesora negó.


—Lo siento, muchos duendes son tan puristas como los magos que seguían al que no debe ser nombrado—comento la profesora con sinceridad.


°°°


—Hermione, Hermione—la hablan, estaba distraída—¡Hermione!


—¿Qué? ¿Qué pasa?—pregunto Daphne con aire preocupada.


—Me preocupas cuando te quedas pensando asi—Dice Ginny, pero Daphne se le queda viendo feo—Nos preocupas amor.


Daphne y Ginny se preocupaban por el estado de salud mental de su esposa y amada, la niña que vivió había ganado el corazón de la sangre pura Daphne Greengrass, a pesar de ser primas, y también de la pelirroja Ginevra Weasley, con quienes se casó antes de estar enmedio de la guerra y ambas junto a Harry y Ron acompañándolas para cazar los horrocruxes de Lord Voldemort. 


¿Cómo se enamoraron? Interesante, ni siquiera Daphne supo cuando cayo rendida ante Hermione. 

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